domingo, 14 de octubre de 2007

"Requisitos para ser funcionario público"

La mayoría de personas suelen pensar que para llegar a ser un “Funcionario Público”, principalmente en los altos cargos se debe tener un título universitario, hasta maestría y doctorado; por supuesto hablar un idioma adicional por lo menos y una destacada trayectoria. Esto es quizá lo que debería pasar en condiciones normales, pero en nuestro país, para alcanzar esta categoría no se necesita casi nada de lo mencionado anteriormente.

Los actos de corrupción y el nepotismo se multiplican como las ratas en las alcantarillas, lo vemos en todos los niveles. Desde funcionarios de la Casa de Pizarro y las distintas instituciones del Ejecutivo, pasando por el Congreso de la República, el Poder Judicial y las Fuerzas Armadas.

Los congresistas en lugar de rodearse de prolijos juristas, brillantes economistas o destacados sociólogos o politólogos; sólo se rodean de familiares, amigos, amantes y demás perlas a quienes les deben algunos favorcitos por diversos auxilios prestados, como ayuda en su campaña, compañía en sus momentos de soledad o por el simple hecho de proporcionales encendidos placeres carnales. Aunque dejando de ser mal pensados tal vez es sumamente importante para ellos el calor de la familia y los amigos, es una manera de trabajar en “confianza”.

Podemos citar muchos casos, los ya conocidos (Canchaya, Benites, Menchola, Vázques, entre otros), pero sabemos que existen muchos más que aún no se conocen y estamos seguros que nos llevaríamos más de una sorpresa, aunque dicen que ya nada en política sorprende.

Deberíamos empezar por indagar sobre los asesores principales y los vínculos que los une a los padres de la patria y que profesión ejercen. Algunos de estos personajes aprender la labor congresal en muy poco tiempo, será que cuentan con una sapiencia excepcional que aprenden el teje y maneje de un despacho tan rápido que es digno de destacar y premiar. Sería importante saber cuales son los requisitos que piden nuestros padres de la patria para contratar a su personal..

Hablemos de las aspiraciones de estos suertudos personajes, que cuentan con todos los beneficios que la ley contempla, incluidos beneficios sociales, alimentación, salud y por supuesto sus gratificaciones de julio y diciembre; y lo que más anhelan es tal vez viajar a Miami o comprar un auto o juntar dinero para empezar a construir una casita.

Me contaron que se escuchó al actual Presidente del Congreso de la República hablar sobre la especialidad que deben tener los trabajadores de esta digna institución, definitivamente esto cambiaría la calidad en la producción legislativa, ojala que esta idea no quede simplemente en palabras que se lleve el viento.

Con esto no queremos generalizar, sabemos que hay personas valiosas que no necesariamente son profesionales pero saben y entienden mejor que cualquier “asesor principal” de despacho.

Aquí algunas reflexiones que nos harán pensar un poco en que el espertiz no es para echarlo en saco roto. ¿Creen a caso que una empresa contraria a un sociólogo o a un politólogo para administrar sus recursos o para hacer el marketing? ¿Un hospital podría contratar al abogado para que opere? ¿Un ingeniero, podía dar terapia a un demente? Creo que eso sería tan ilógico como lo que sucede en nuestro país, ¿porque la política si puede ser manejada y practicada por cualquiera?

Para que una institución estatal funcione de manera idónea es básico tener gente competente de comprobada trayectoria, de lo contrario seguirá pasando lo que hasta hoy. Somos los ciudadanos, sus votantes quienes pedimos respeto. No queremos saber de cantidad de leyes aprobadas por cientos, sino cuales realmente han beneficiado a la población.

Parsons sostiene que toda sociedad tiene ciertas necesidades para poder funcionar. Esta debe verse como un conjunto de posiciones de la interacción, de ahí viene el “status” y “rol”. El rol es el papel que cumple un individuo dentro del status. La sociedad tiene problemas cuando no hay un ajuste entre estas dos dimensiones, surge la anomia. Parece que esto es lo que ocurre en estos casos de confusión de roles. La anomia generada por el desajuste de las dos dimensiones no necesariamente se mueve en ángulos destructivos.

La Teoría del Individualismo Metodológico dice que los individuos quieren gozar de beneficios y se mueven en función de lo que les conviene para conseguirlos, pero hay que poner frenos o límites porque de lo contrario estos pueden desbocarse. En el escenario político para el gobierno, es importante resaltar bajo este punto de vista “la corrupción”, estas personas que incurren en actos ilícitos para proveerse de beneficios que el puesto les ofrece, importando poco que fueran elegidos por la población para actuar de manera tal que beneficie a todos.

Teorías, principios, valores…ojala que un día sean tomados en cuenta.

Antoinette Semizo